Está claro que las grandes ideas para el cine de entretenimiento puro y duro ya no están en manos de los grandes estudios y productoras (el resto nunca lo estuvo), sino en las mentes de unos cuantos artesanos que a base de imaginación y curro (si ya consiguen pasta y medios, flipe generalizado) se montan unos cortos acojonantes como el que sigue, un homenaje a la saga de videojuegos “Street Fighter”, a la que le tengo que tener aprecio sí o sí aunque sólo sea por la cantidad de monedas de 100 pts. (mundo viejuno) que me dejé en las recreativas y a que, gracias a un préstamo de Eelrod, el “Super Street Fighter II Turbo” (creo que era así, muchas palabras en el título, muchos luchadores y toñazos a diestro y siniestro) para mi adorada y maltratada Megadrive casi me deja sin pulgares en un solo fin de semana.
Se han hecho dos “películas” sobre dicho videojuego (tampoco hay que decir demasiado, en una sale Kylie Minogue y en la más reciente aparece la Hawaiana esa medio chunguilla que salía en “Smallville” calentando a SuperInútil e intentando hacernos creer que Tom Welling seguía siendo un adolescente a pesar de rondar los 30; ya sabéis, el llamado “Efecto Raquel Meroño”), y sólo tres minutos les han servido a estos tíos para dejarlas a la altura de las rodilleras de cualquier estudiante trepa. Clap, clap, clap; eso sí, no iniciados, abstenerse, el Hadoken puede tener consecuencias imprevisibles. Buenas Noches, Londres.
P.D. Una vez conectado el modo nostalgia, resulta obligado echarle un vistazo al vídeo de una de las primeras versiones del juego, sniff, sniff. Y luego hablan maravillas de la PS3 y de la 360…ignorantes!!!!
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