Una de las principales teorías sobre el origen del primer ascensor, se remonta al siglo XVIII, bajo el reinado de Luis XV, que al final sería el último rey de Francia antes de la revolución de 1789. Este rey tenía múltiples amantes y al pobre hombre le surgió a necesidad de poder visitarlas, y que le visitasen de una forma rápida y más o menos discreta.
Pues por este motivo encargo la construcción del primer ascensor, para ello en el palacio de Versalles en el año 1743, mandó instalar un ascensor que funcionaba mediante un sistema de contrapesos. La primera persona en inaugurar oficialmente el invento fue una de sus amantes de aquel momento la duquesa de Châteuroux.
El mecanismo del cual no se conservan los planos, se cree que funcionaba como los sistemas de poleas que se usaban en los teatros de la época, para cambiar los escenarios, a este sistema de poleas le acoplaron una caja, la cual además de hacer de habitáculo ocultaba para los pasajeros el funcionamiento del ascensor.
Este es otro claro ejemplo de que “La necesidad agudiza el ingenio”, aunque en este caso la necesidad era algo curiosa…
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