En la edad media, en Inglaterra se impuso una de las formas de ejecución mas terribles que se recuerden. Esta ejecución estaba reservada para los traidores a la corona y es herencia de una costumbre Normanda.
El proceso era simple pero horrible, la víctima era colgada por el cuello durante un periodo no muy largo para evitar la muerte del individuo, pero si lo suficientemente largo como para asegurarse un intenso sufrimiento.
Luego venia lo más terrible, el pobre infeliz era destripado, aquí el verdugo lo realizaba con mucho cuidado, para que la víctima no muriese en el acto, además también le cortaban los genitales, vamos que lo castraban, y mientras el pobre hombre estaba vivo veía como le hacían todo esto y arrojaban sus genitales y sus intestinos a una hoguera justo delante de él.
Finalmente decapitaban al individuo, y le seccionaban todas las extremidades.
Este método tan terrible, lo sufrieron muchísimas personas, algunas conocidas por el cine como William Wallace, y lo más increíble del tema era que no la abolieron hasta 1814.
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