Se acerca el fin de semana y con él llega el momento de dar rienda suelta a nuestras ansias de descanso…y de sentirnos más apegados que nunca a la sensibilidad de nuestro hígado. Y como nos gusta manteneros cuidados pero nunca se nos ocurriría dejar escrita la santa frase de “no bebas, que es malo” (bueno, no sólo no pondremos esa, no es que seamos demasiado partidarios de las restricciones; no, no pienso irme a lo chorra de “Live and let die”, la palabra de Axel Rose está desterrada si no es para vengarnos por toda su carrera), os invitamos, una vez que nos encontremos dispuestos a rendirnos ante el encanto de las bebidas espirituosas en nuestro propio domicilio, a tomarnos esa aparente soledad o esa fiesta a la que estemos asistiendo con un toque diferente al habitual (no, no con más clase o glamour; si algún día reniego de los cubalitros de passport con cola del Orense será que he perdido algo por el camino), a base de esos pequeños cabroncetes traicioneros mal llamados coctails que disimulan su cantidad de alcohol (siempre que nosotros se lo consintamos, claro) hasta que tras tomarte unos cuantos como si fueran inocentes golosinas terminan por jugarte una mala pasada clavándote un puñal váyase usted a saber donde cual T-Bag de la vida.
Así que aquí os quedan algunas interesantes recetas, que podéis cambiar y experimentar a vuestro gusto y bajo vuestra responsabilidad (una vez visto alcohol de farmacia rebajado con agua, visto todo). Son recetas para una copa, no recomiendo hacerlas en plan ponche o sangría grupales. Y casi todas ellas han de ir acompañadas siempre de hielo; si sois algo pijolillos y tenéis una trituradora, ya sabéis qué hacer con ella. Eso sí, cuidado con cualquiera de ellos, porque el gusto dulce puede engañar demasiado. Y ya sabéis, algo de moderación, nada de coches y feliz resaca. Buenas Noches, Londres.
- Caipiroshka: (la caipirinha está muy vista y conseguir Cachaça de la buena está complicado):
Se tritura en un vaso grande con un mortero (o lo que tengáis a mano) una o dos limas troceadas junto con un par de cucharadas de azúcar; se le añade hielo picado, vodka al gusto (2 o 3 chupitos sería lo habitual) y el zumo de piña. Es opcional añadirle unas gotas de pulco (si ya lo has probado antes y te gusta; si no, mejor déjalo para otro día).
- Margarita:
Pilláis una rodaja de limón, la pasáis por el borde de la copa por el que vayáis a beber (por todo el borde si no contáis con ir demasiado ordenados) y luego ponéis sal fina por esa zona/s.
En una coctelera o recipiente que tengáis a mano ponemos 3 chupitos de tequila, 2 chupitos de cointreau y 1 de zumo de lima, además de hielo y una cucharada de azúcar. Lo oficial es esa cantidad de lima, pero podéis cambiarla en función de si os gusta más o menos cargado. Lo mezclamos todo y a servir.
- Tequila Sunrise:
Arrejuntamos 1 ó 2 chupitos de tequila, 1 ó medio chupito de granadina y una cantidad de zumo de naranja como la que habría en un bote de cocacola. Hielo picado y a servir.
- Sex on the beach:
A 3 chupitos de vodka le añadimos chupito y medio de licor de melocotón y medio vaso de zumo de naranja, añadiéndole al final algo menos de un chupito de granadina. Y el hielo, que no falte.
- Cosmopolitan:
Mezclar al gusto 3 partes de vodka, 2 partes de Cointreau, 2 partes de zumo de arándanos, 1 parte de zumo de lima. HIELO!!!!
- Daiquiri:
Mezclamos 4 cucharadas de azúcar con 5 cucharadas del zumo que más nos apetezca. Cuando el azúcar este disuelto, le añadimos medio vaso de ron blanco e hielo picado.
Después están los de toda la vida y mucho menos elaborados, como serían el vampiro (vodka+granadina) o uno de mis favoritos, al que nunca le he encontrado nombre en particular y que mis amigos llaman Flubber o Fresisuis: vodka con zumo de kiwi.
Via: Wikipedal y sobrias experiencias personales
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