Estos días me he encontrado en situaciones extrañas, y a veces cuando la realidad me parece extraña, me dedico a repasar clásicos de la literatura, casi todo el mundo conoce el comienzo del monólogo de Hamlet, Ser o no ser…, pero pocas personas conocen como sigue, aquí os dejo mi parte favorita.
Morir, dormir… nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que por naturaleza son herencia de la carne… Es un final piadosamente deseable. Morir, dormir, dormir… quizá soñar. Ahí está la dificultad.
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