Supongo que casi todos en algún momento de nuestras vidas hemos usado la palabra eureka, pero claro lo que no sé es si todos conocemos el origen de esta expresión. La leyenda cuenta que el rey Herón II, rey de Siracusa, pidió un día Arquímedes que comprobara la calidad del oro de una corona que había encargado, pero con una condición que la corona no resultase dañada.
Después de darle muchas vueltas Arquímedes no daba encontrado la solución al problema que tenía en mano, hasta que un día, mientras se daba un baño se le ocurrió la solución, pensaba que el volumen de agua que desbordaba de la bañera tendría que ser igual al volumen del cuerpo sumergido. Si media el agua que la corona hacía rebosar, conocería el volumen de la misma pudiendo así compararlo con la misma medida de oro que se supone que tenía la corona. En caso de que los volúmenes no fuesen iguales, podría saber que la corona no era oro puro.
En cuanto Arquímedes se dio cuenta de todo esto, salió del baño y se fue corriendo hacia el palacio, si estaba desnudo, gritando : !Lo encontré!, !Lo encontré!.. La palabra usada por Arquímedes era Eureka
A consecuencia de la excitación que le produjo su descubrimiento, Arquímedes salió del baño y fue corriendo desnudo como estaba hacia el palacio gritando : “Eureka, ¡Lo encontré! ¡Lo encontré!”.
Como Arquímedes utilizó el término Eureka ha pasado a la historia como la expresión que indica la realización de un descubrimiento.
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